Creo que ya no tengo lápiz para escribir más contraseñas, el boli ya no me escribe más nombres de usuario, mi vista ya no interpreta más letras distorsionadas, ya no hablo con mis amigos, les escribo, no tengo vida social porque no tengo tiempo para ello, ahora mis amigos son todos virtuales, ya no quedo para el “cafelito” y para intercambiar banalidades, no, ahora me siento enfrente de una pantalla para intercambiar conceptos, aprendizajes, ideas, herramientas que me ayuden a…a…a… espera, que ahora lo digo, ay no!, perdón, ahora lo escribo…
Si mi madre estuvo el día de mi nacimiento, el cordón umbilical cortó con la “fuente de alimentación y mantenimiento” que me había suministrado todo lo que necesitaba durante 9 meses…
Otro cordón umbilical llamado: “cable” del ordenador, es el nuevo canal de suministro. Este, provee de “alimentación y mantenimiento” para un espacio desperdiciado (sólo utilizamos un 10% de nuestro cerebro), la insaciable necesidad de leer (aprender?) “más y más” me hace rascarme los ojos (pican!!) y moverme en el asiento buscando una y otra vez “la cómoda postura”. La diferencia estriba en que, como feto, no podía ENTREGAR (las pataditas no cuentan) y con las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), no sólo tenemos la oportunidad de recibir sino que tenemos la fortuna de poder dar, y en ese movimiento de ida y vuelta, se genera un intercambio que en el pasado y en la actualidad, se llamaba trueque.
En su origen, el trueque ayudó a sobrevivir a cientos de tribus, en la actualidad, sobrevivir con los conocimientos de uno mismo, se queda corto (uno nunca está completo por sí mismo), por eso el oro se convierte en figura, cuando le damos forma con el intercambio y es, la mejor reliquia del coleccionista de conocimientos y de saberes, poder compartirlos con los que estamos también, compartiendo el camino de aprender a enseñar y de enseñar aprendiendo.
Tanta palabra para terminar con un punto!
. (el punto y final)
No hay comentarios:
Publicar un comentario